Palabras del Dr Juan Lapollatiesa:
“La Risa de los Animales” nace como la búsqueda de un espacio donde humor, estupidez, bizarres, todo tipo de desviaciones sexuales descubiertas y aún por descubrir se den la mano y copulen al ritmo frenético del teclado.
“La Risa de los Animales” se muestra como un rincón donde no existe el Fair Play, abundan los golpes bajos, las malas artes, los bajos instintos y los nefastos pensamientos.
“La Risa de los animales” nace como una excusa para reírnos de nosotros mismos, pero por sobre todo del resto.
“La Risa de los Animales” nace como un homenaje a los hermanos caídos, a la extinta revista “Mushho”, a Superlonkis y a los grandes colegas de Pato: a todos los que ocuparon el humor y la bizarres como arma de lucha.
“La Risa de los Animales”, tal como dice su nombre, nace para fomentar lo que nos separa del resto de los seres vivientes, la capacidad de reír, mientras esperamos que la pelada nos agarre de la poronga y nos lleve bajo tierra.
En palabras del Doctor Juan La Pollatiesa “Si la vida te da la espalda, dale por el corto churros”
Querido auditorio:
Mi nombre es Juan Lapollatiesa, doctor en Artes Amatorias con Mención en Neo Ginecología en la Universidad de Pachulaquegualcue. Quizás me conozcan de videos educativos como “Libera tu venérea”, un amigable recorrido a través de los anales de las enfermedades sexuales y consejos para convivir con esos indeseables amiguillos que se aposentan en nuestros rincones más recónditos. (“Por donde pecas pagas” dijo el profeta “Por donde fecas pagas” les digo a mis pacientes más extremos a modo de consejo) o “Yo tenía diez porritos”, manual práctico que promueve la generosidad con la Cannabis Sativa entre los infantes en edad preescolar. El día de hoy, cansado de recetar a mujeres insatisfechas medicamentos como Vibramencima, Besamesazona, Nitratodeponertelo y Cachiaspirina, brindaré unos breves, pero útiles consejos a los hombres caídos en desgracia y a sus pequeños compañeros, caídos entre las piernas, para que vuelvan a recuperar el sitial que los coloridos amantes a pilas o las huellas dactilares femeninas han terminado por quitarles. En tiempos de stress e incomunicación no son extraños los casos de disfunción eréctil, insomnio del miembro o episodios de invaginación. En los casos de disfunción eréctil, el primer paso para estrechar lazos con su maltrecho compañero botado a huelga y volverlo ese potro indomable de mil batallas, es ponerle un nombre que le ayude a bajarle el perfil a su problema. Jean Claude Blandam, Flácido Domingo, Marlon Blando, además de declararse hincha acérrimo del Lacio, son medidas que este humilde doctor recomienda para tomarse con humor el asunto. El segundo paso es desestresar a su compañero, sacarlo de esa cárcel de tela llamada calzoncillo y llevarlo a conocer el mundo exterior. Como bien sabemos, usted cuenta con una gran ventaja y esta es que su colega tiene un sólo ojo, del que además es tuerto, por lo que no es necesario llevarlo a Europa, ni África, sino que basta con que lo saque de paseo al Cajón del Maipo. Cuando sienta que el aire es lo suficientemente puro, saque al cabeza de aspirina por la ventana, déjelo ondular al viento y sienta como el aire cordillerano le da nuevos bríos e influjos de vida. Un buen chapuzón en el Río Clarillo, con derecho a remoje de nutria es otra gran opción, ya que las gélidas aguas glaciares se encargarán de hacer remecer a vuestro pequeño socio y devolverlo a la vida. Siga estos consejos al pie de la letra y verá como su compañero andará erguido por la vida, levantándose como un caballero ante cada doncella con que se cruce, dejándolo a usted sin cuero ni siquiera para cerrar los ojos. En el segundo ítem, cada vez son más extendidos los casos de insomnio del miembro, donde muchos jóvenes despiertan en mitad de la noche y ven con espanto como su miembro baja a tientas por el muslo, tanteando terreno en la oscuridad, aprestándose a buscar petróleo independiente de quien duerma a su lado. En estos extraños casos clínicos, todos son posibles víctimas de la insaciable voracidad del desvelado miembro, que aún mientras su dueño esté dormido sigue en constante estado de ebullición y actividad. Hombres, mujeres, mascotas, familiares, floreros, sandwiches olvidados en el velador, todo objeto animado o inanimado que duerma o se encuentre al lado de este verdadero taladro humano se convierte en una potencial presa de su infinita lujuria. Los sujetos que padecen este extraño fenómeno suelen sufrir de Tuertícolis, producto del constante torcimiento al que el tuerto se ve sometido. La única solución que por ahora entrega la ciencia ante este dramático problema parece ser la utilizada por los hombres lobos, sólo que en vez de encerrarse hasta que pase el efecto de la luna llena, el afectado debe amarrarse del miembro a la pata de la cama, hasta que las primeras luces del día le avisen que el peligro ha terminado. A modo de despedida les dejo un refrán del gran filósofo griego Te-copulus, que hará pensar a grandes y a chicos, a cuicos y a flaites, a heterosbi y a Emos, a Elfos y Frodos, a Harris y a Potters: No importa lo chica y fea que la tengáis, siempre alguien la tendrá más chica y más fea.