viernes, 21 de noviembre de 2008

EL LUSTRADOR DE POLLAS


Queridos y viciosos amiguillos:

Es un honor presentarme ante tan respetable y callosa concurrencia. Mi nombre es Germán Flinfla, también conocido en gran parte del territorio nacional y en los medios de comunicación como El Ordeña-pollas. A pesar de haber asistido a un colegio de curas, donde las ostias y la pedofilia eran pan de cada día, debo reconocer que lo único que aprendí en la misa e hice mío, atesorándolo para siempre en mi tierno corazón, fue eso de “Ama a los otros como a ti mismo” Así que como pasaba mis días amándome frenéticamente a mi mismo hasta seis veces seguidas en el baño de mi casa, decidí extender esa mano cristiana a los otros, tender una mano caritativa a esos pequeños cervatillos, que paseaban cargados de sueños y espermatozoides por el patio, una mano que los aliviara en ese dolor del alma y el escroto que todo adolescente sufre, o “adolesce” en silencio. Desde ese día pasé mis recreos dedicado a la caridad en cuerpo y alma, a amar a los otros como lo hacía conmigo mismo. Así se fueron los mejores años de mi juventud, tendiéndoles una mano a la fila de escolares desde quinto básico a cuarto medio que se congregaban con los ojos desorbitados a esperar que mi mano los liberara de sus pensamientos impuros, de la leche de guerrero que amenazaba con rebalsarse de sus jóvenes cipotes. Así pasaba mis días, tomándole la cola al diablo que asomaba venosa desde el cierre del pantalón de cada uno de esos corderos de Dios y estrujándola y sacudiéndola con energía al ritmo del hits de los Prisioneros “El baile de los que se la soban”, hasta dejar purificados y sonrientes a esos pequeños alfeñiques. Con los años quise extender esa mano amiga, ese consuelo de los desheredados y abandonados al resto de la sociedad e instalé mi puestito aquí en el Paseo Ahumada, al lado de los lustra botas. Al principio me miraron feo, pero no pasó ni media hora cuando ya tenía una cola de lustra botas delante con la nutria erguida, con el sable desenfundado y dispuesto para la liberación. Incluso estos días ha venido el conocido director nacional Silvio Cayosas, quien prepara su nueva película “El arrollado místico” inspirado en mi historia. Así que ya saben, si se dan una vueltecita por el centro, dense un gustito y pasen donde Germán Flinfa, único Lustra Pollas autorizado por la ilustre Municipalidad de Santiago,


Germán Flinfla 7- 4352187
"Por sólo una gambita les dejará la polla reluciente y ordeñadita"

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Doctor, hace poco tiempo adquirí en el comercio ambulante un dispositivo de conexión vía OGT que me tiene on Firewire. Se trata de un aparato de uso masculino para autosatisfacerse, una vagina electrónica donde vaciar al demonio, que se enchufa al torrente de pornografía disponible hoy en dia a través de la red. Vaya juguetito, no?
El problema es que se contagió con virus desde que decidí utilizarlo mientras leia los posteos en "larisadelosanimales", parece que un troyano se introdujo en mi bragueta y me tiene "inhiesto" día completo... eso no es nada de malo, pero he notado como mis criadillas van quedando reducidas a la categoría de "microship".
Regáleme un sabio consejo ante dicha desventura y le estaré ternamente agradecido.

Dr Juan la Pollatiesa dijo...

Ojojohua querido amigo,usted padece de las temidas enfermedades genitales-electrónicas, producto de andar introduciendo el penedrive en los agujeros equivocados. Le recomiendo que en vez de andarlo enchufando en conexiones insalubres se lo inserte a la iñora, que de tanto estar solitaria en la casa ya tiene desgastado el consolador de dos cabezas a punta de almejazo y beso anal. Querido Rony Dance, piénselo así, si no se pone las everredy pronto, además de que la criollita se le va a desprender del tronco del cipote por guarro, va a tener que gastarse las lucas que no tiene en encargarle flor de consolador al Pascuero pa que la iñora y los niños estén contentos en la casa y pasen unas pulentas fiestas. Asi que corra donde la patrona, desfunde su navaja de carne y enfréntela como un hombre. (por cualquier eventualidad lleve la gotita)
Vuestro, el Doctor Juan Lapolla(cada vez más)tiesa

Anónimo dijo...

Que alma del señor este Germán Flinfla, es reconfortante saber que aún existen almas tan caritativas y dadivosas en este mundo tan egoísta... Dios lo resguarde en su sagrada Gloria y le retribuya sus dádivas en abundancia... ALELUYA!!!

Lic. Chochita Maleza dijo...

Estimado Dr. Lapollatiesa: con mucho respeto me permito disentir con usted. Ni paseos al Cajón de Maipo ni rebuscadas terapias picológicas surten el efecto de curar el síndrome de hollejo viejo. Lo que deben hacer los atribulados pacientes es dejar de pensar tanto en su amiguito y prestar más atención al chochito: aprendan a chupetear con arte el chocho, que ahí radica toda solución. Una sola buena mamada de almeja y sentirán como mientras ponen a trabajar lengua y labios el venoso triste se levanta en todo su esplendor. Me extraña que un experto como usted haya pasado por alto la más simple y efectiva de las curas.
Atte.
Lic. Chochita Maleza.

Anónimo dijo...

Licenciada Chochita Maleza: de Licenciado con honores en el arte del levantamiento del arrollado de vena a Licenciada estrella de su promoción en la expansión y contraimiento voluntario del molusco, debo decirle que sus palabras más que hacerme reflexionar han hecho reflexionar a mi cabeza no pensante (tb denominada como "la que pende") ¡Que lengua sucia tiene usted Licenciada Chochita Maleza¡ ¡Que verdadero vertedero de perversiones y delicias varias nos ofrece¡ Si habla igual de sucio que culea estimada Licenciada déjeme agendarle un sesión semanal en mi oficina para conversar estos temas de frente a frente o déjeme volverme ginecólogo para darle un año de consulta gratis. Licenciada Chochita Maleza, se que usted busca erigirse como mi rival, pero déjeme decirle que desde este mismo instante además de su rival me declaro como su absoluto y total enamorado.
Vuestro, El Doctor Juan(ya no pude estar más)Lapollatiesa

Lic. Chochita Maleza dijo...

jajajajajaja...Ay Dr. Lapollatiesa, qué presto se ofrece usted. Con el mayor respeto, debo decirle que he estado pensando en esa su polla ¿tiesa? y me la imagino rosada, bien derecha y con el champiñón a la vista. Ciertamente no soy indiferente a tales encantos, pero en mi intensa vida he adherido a ciertos principios que no puedo soslayar ni aunque se me contraiga sola la chochita nada más de pensar en su respetable poronga. De ahí que me urja preguntarle, Dr. ¿es usted un verdadero devoto del molusco? ¿Se aplica usted a mamar como es debido? ¿Resiste usted hasta que se le acalambren los labios y la lengua de tanto estirarlos para complacer una chochita temperamental y caprichosa? Solo después de despejar tales dudas podré considerar su generosa oferta.
Atte
Lic. Chochita Maleza

Anónimo dijo...

Lic. Chochita Maleza: sus románticas palabras llegan hasta lo más profundo de mi espinado y calloso corazón. La verdad (y a riesgo de defraudar su vívida imaginación con respecto a mi cipote) es que a mi alguna vez tierna y rosada poronga poco le queda de ese fascinante color, ya que el asterisco de tanta veterana de Mapocho ha terminado por teñirlo de un hermoso tono café-verdoso, incluso negruzco si se mira bajo cierto tipo de luz. Usted debe saberlo más que yo, son las medallas del Veterano que ha sobrevivido a mil batallas, enarbolando su maltrecho pero siempre fiel sable de carne y venas. Respecto al champiñon, debo decirle dama de la entrepiernas cálida que un accidente de pequeño con un triciclo (nunca intenten frenar poniendo la polla en los rayos de la rueda) hace que su forma sea más similar a la de un extraño tubérculo carnívoro del interior del Amazonas que a la de tan apetecido manjar criollo. Respecto a mis habilidades como buceador de profundidades vaginales debo decirle que Jack Costeau era un amateur al lado mío, una alpargata vieja, ya que no sólo la lengua y los labios son parte de mi repertorio amatorio sino tambien la punta de mi nariz, especialmente acondicionada para golpear cual boxeador con ataque de epilepsia al clítoris cuando los labios y la lengua pasan por sus períodos de desmayos.
Soñando un combate a doce asalyos en el ring de cuatro perillas se despide, siempre vuestro, el Doctor Juan Lapollatiesa.

Lic. Chochita Maleza dijo...

¡Ah...Ay Dió mio!